MORETO Y CAVANA, AGUSTÍN (1618-1669) De la vida de Agustín Moreto se tienen noticias más bien escasas; nació en Madrid, siendo bautizado en abril de 1618. Sus padres, Agustín Moreto y Violante Cavana, eran italianos y, dedicados al comercio, tenían una situación económica desahogada. Al parecer, Moreto comenzó estudios en Alcalá en 1634, graduándose de licenciado en Artes en diciembre de 1639; ya en 1642 había recibido las órdenes menores, obteniendo un beneficio en la iglesia de Mondéjar (diócesis de Toledo), aunque siguió viviendo en Madrid. Esos años, y hasta 1656, constituyen su período de mayor actividad teatral: pero poco después entró al servicio del arzobispo de Toledo como capellán; Baltasar de Moscoso ya había otorgado su protección a Moreto con anterioridad, actuando como mecenas suyo en los círculos cortesanos; en 1657 eligió al dramaturgo madrileño para cuidar el Hospital de San Nicolás, institución para pobres y abandonados. Moreto abandonó entonces sus actividades literarias, dedicándose de lleno a estas ocupaciones caritativas. Siguió viviendo en el Hospital hasta su prematura muerte, acaecida el 28 de octubre de 1669; fue enterrado en la parroquia de San Juan Bautista, de Toledo. Moreto fue un escritor muy precoz y bastante prolífico, aunque descuidó mucho la publicación de sus obras dramáticas, que presentan muchos problemas bibliográficos. En 1654 publicó un tomo con doce comedias suyas, pero otras muchas se perdieron o son de atribución dudosa. Escribió también muchas colaboradas, así como varias refundiciones de obras anteriores, lo cual ha planteado una discusión crítica acerca de la originalidad del teatro de Moreto, tenido como uno de los autores más plagiarios, dentro de una época bastante propicia para estas prácticas de reelaboración. Su capacidad creadora y su inventiva parecen menores a la de los otros grandes ingenios de la época, aunque su estilo y buen gusto dotan a sus obras de una extraordinaria calidad. Por otra parte, Moreto no se limitaba a refundir o copiar sin más, sino que analizaba detenidamente las fuentes literarias, potenciando los elementos más interesantes. Otro aspecto importante de la producción de Moreto es el teatro breve; escribió numerosos entremeses, bailes y loas, dando muestras de un agudo sentido del humor; para Cotarelo, de hecho, "después de Cervantes y Quiñones de Benavente es Moreto el entremesista de mayor enjundia y más gracia del siglo XVII".